Eugeniio D’Ors, una de las figuras más
significativas en el marco de la literatura catalana del pasado siglo, fue
entrevistado por la revista “La Esfera”, la cual publicó el texto el 10 de
Junio de 1916, en el nº188 de la propia revista. Su autor fue José María Carretero Novillo, que en
este caso firma como Caballero Audaz.
Esta
entrevista se lleva a cabo en casa del propio entrevistado, Eugenio D’Ors,
concretamente en la vía que recibe el nombre de Diagonal en pleno centro de
Barcelona. Ambas fotografías incluidas en el artículo, nos muestran el interior
de la casa del protagonista.
El
entrevistador comienza hablando en tercera persona de Xenius, con el fin de
aclarar al lector que, en contra de lo que se dice, su opinión acerca de la
persona de Eugenio D’Ors, quien para él es una persona simpática a la vez que
segura de sí misma.
Una
vez en su despacho, Carretero se siente intrigado por la maleta que reposa
junto a la mesa de la habitación, este es el punto en el que comienza la
entrevista, Xenius le confiesa que viajar, es sin duda una de sus grandes
pasiones.
Pasan
a hablar de Cataluña, su lugar de nacimiento y de residencia en el momento de
la entrevista, debido a su cargo como Secretario General del Instituto de
Estudios Catalanes. D’Ors confiesa que, a pesar de haber estudiado la carrera
de derecho, su gran pasión fue siempre la filosofía, detonante por el cual
comenzó a escribir, mientras se dedicada también a la búsqueda de una fuente
que le enseñara filosofía. Viajó de Madrid a París, y, finalmente, ya en París
encontró a su maestro: Pocairé, gracias al cual consiguió desarrollar un gran
número de trabajos.
Viajó
a Alemania y ya de vuelta a París estudió Psicología. Poco después se fue a
Holanda, donde estudió a Vries. Un tiempo más tarde sería llamado por el actual
Instituto de Estudios Catalanes en el que ha fundado una gran biblioteca.
Hablando
poco después de sus aspiraciones de vida, D’Ors pretende vivir en armonía,
aunque admite que en muchas ocasiones existen dos factores que alteran la vida
del hombre, que desde su punto de vista son: la mujer y el trabajo. Ambos, aún
así, son desde luego factores que, sabiendo cómo manejar la situación, pueden
sumar en la vida. También responde a preguntas sobre sus literatos favoritos.
Cuestión en la cual D’Ors mantiene dos caminos muy dispares: uno más cerca de
la tradición (Goethe, Leonardo) y otro en el camino de autores más secos
(Aloyssins, Azorín).
Carretero
Novillo le pregunta también acerca de si es o no aficionado al teatro, éste lo
niega, defendiendo a ultranza que sus dotes para conversar vienen de su gran
afición al diálogo, catalogando al monólogo como algo “mortal”.
Finalmente, hablan de sus libros, en concreto
del más vendido; La muerte de Isidro
Nonen y La bien plantada.
Carretero Novillo descubre también las dotes de D’Ors para la pintura. Poco
después, percatándose de la avanzada hora, zanjan la entrevista.
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